El 31 de diciembre pasado, se extinguió la moratoria de treinta largos años que permitió a muchos comerciantes congelar el precio de los alquileres de sus negocios para desesperación de quienes les habían arrendado sus locales. Los propietarios de estos edificios han esperado todos estos años para ver llegar este momento y empezar a resarcirse de la pérdida de ingresos que significó aquella medida nitidamente proteccionista.
Quienes negociaron hace tiempo con los propietarios, actualizando las rentas al margen de la moratoria, conseguirán sobrevivir a la extinción. Otros o no han sabido negociar o no han podido o no han querido. Esa es la razón por la que algunos comercios centenarios no subirán ya la persiana.
Uno de estos comercios es la Antigua Hojalatería Sucesores de Pedro Apollaro que está en la calle de la Petxina número 8, al lado del mercado de La Boquería y para ser más exactos, esquina con la pastelería Escribá.
Esta pequeña hojalatería era una referencia para que los mejores cocineros encontraran los instrumentos de cocina más sofisticados antes de que Le Creuset o Zwilling cruzaran los Pirineos. La tienda, de apenas 17 metros cuadrados, está llena de cacerolas, moldes de diferentes formas y tamaños, mangas de pastelería, boquillas, batidores, corta-pastas para galletas, bandejas y un sinfín de artículos de cocina más.
Me comentaba el actual dueño que habría continuado unos años más pero que hace unos meses el dueño del local se puso en contacto con él para decirle que se lo vendía. Él no aceptó porque el negocio no es tan boyante como para financiar la compra. Después de 180 años (la hojalateria la fundó su bisabuelo) ya se ha hecho a la idea de que cerrará el negocio.
Mi particular rey Baltasar se enteró de que este antiguo negocio iba a desaparecer y me dejó un molde metálico de turrón fabricado en esta tienda y dos batidores manuales, como recuerdo de otro negocio que pasará a la historia de los oficios que, con el tiempo, tenderán a desaparecer…
Si tenéis oportunidad hacerle una visita ya que merece la pena quedarse delante del escaparate o entrar a curiosear …
Ene 19, 2015 @ 22:45:09
Pues una pena, otras pocas personas mas al paro…
En mi pueblo ya han cerrado algunas.
Besos guapa.
Chary 🙂
Ene 20, 2015 @ 07:28:53
Lo que tú dices: «Otra más». Qué lástima! Y nadaie hace nada por ayudar a estos comercios. Se pierden las raíces de las ciudades.
Al menos, te «firaste» y algo tendrás en tu casa que te lo recuerde.
Besitos,
Pilarín
Ene 24, 2015 @ 16:05:32
Pues una pena…que vayan desapareciendo.
saludines