Probando, probando…

Ayer compré un kit con varias boquillas para decorar pasteles y cupcakes y para probarlas, me puse manos a la batidora y preparé una tarta  que rellené con fresa y cubrí con icing de queso.

Para la decoración usé la misma crema de queso que teñí  en color rojo (quedó rosa) y en color azúl y la consistencia a la hora de usar la manga no fue la que yo esperaba , pero como se trataba de una prueba…

Y aprovechando que tenía pasta de mazapán, la teñí con colorante rojo Wilton y busque el tutorial de Alma para hacer rosas y este fue el resultado: la rosa coronando el pastel…

Y seguí con las pruebas… esta vez con  los restos que me quedaron de alisar el bizcocho y con  lo que me sobró del icing de queso,  hice unos cake pops que recubrí con chocolate blanco y unos fideos de chocolate (¡los que quisieron  pegarse ! 😦 )

Cena de miedo

Crema de calabaza

Panellets de piñones

Buñuelos de viento

El buñuelo es una masa de harina que se fríe en abundante aceite. La masa de harina puede mezclarse con agua, leche, huevo o levadura. Pueden llevar un relleno que puede ser dulce o salado, por ejemplo manzana o pescado.

La primera sociedad que consumió buñuelos fue la morisca. Sus ciudadanos, gente de medios humildes, que habitaban los territorios del Sur de la península ibérica y ocupaban puestos de trabajo de baja categoría, desempeñaban también el oficio de vendedores ambulantes de buñuelos. En Sevilla y Granada, eran postre típico los buñuelos fritos en aceite cubiertos de miel. Por otro lado, esta especialidad fue adoptada por los gitanos tras la expulsión morisca y perpetuada hasta la actualidad.

Hay un tipo de buñuelos, en forma de bola y especialmente ligeros, que se llaman buñuelos de viento, por su ligereza y porque suelen tener grandes burbujas de aire en su interior. Es habitual aprovechar el hueco interior para rellenarlos de crema, en cuyo caso se llaman buñuelos de crema. Otros buñuelos sin crema son, por ejemplo, los buñuelos del Ampurdán, que tienen forma de anillo.

Los buñuelos son un postre típico en muchas comunidades autónomas y, sobre todo, durante sus fiestas regionales.

En Cataluña, se consumen sobre todo durante la Cuaresma. Los más famosos son los de viento, los de crema y los del Ampurdàn. Se suelen comer como merienda o para acompañar el café después de comer.

En la Comunidad Valenciana se hacen buñuelos dulces acompañados de una taza de chocolate, como desayuno típico, aunque también son comunes los salados con bacalao, así como los buñuelos de calabaza.

En las islas Baleares, hay buñuelos dulces para diferentes fiestas del año (las Vírgenes, Todos los Santos, Cuaresma, etc.) y, según la ocasión, pueden contener patata o boniato, queso de Mahón, higos secos, etc.

En Madrid y Andalucía, se consumen especialmente durante la Semana Santa.

BUÑUELOS DE VIENTO

250 ml de agua
125 gr de harina
30 gr de mantequilla
4 huevos
40 gr de azúcar
anís
azúcar glas

Poner el agua el azúcar, la ralladura de limón  y la mantequilla en un cazo al fuego con un poco de sal.
Cuando hierva todo se vierte la harina de una sola vez. Dejar cocer sin parar de remover hasta que se separe de las paredes del cazo.
Fuera del fuego incorporar los huevos de uno en uno y remover.
Poner la masa en una manga pastelera y echar pequeñas porciones en una sartén con el aceite caliente.
Espolvorear con azúcar y si se quiere, mojar en anís.

Empezar y no parar…

Con el permiso de Victoria os hago participes de la receta de cookies de chocolate que publicó hace días en su blog. Tengo varias recetas de cookies, pero estas están GENIALES. Probarlas y me contáis.

CHOCOLATE CHIP COOKIES

225 gr mantequilla sin sal
150 gr azúcar blanca
160 gr azúcar moreno
2 huevos
2 cucharaditas de extracto de vainilla
420 gr de harina
1 cucharadita de bicarbonato
1 pizca de sal
270 gr chocolate chips

Batir con la batidora de varillas (o en su defecto, a mano) la mantequilla con el azúcar blanca y con el azúcar moreno hasta que esté toda integrada. Añadir los huevos y batir unos minutos, nuevamente hasta que forme una masa homogénea.

A continuación volcar la harina, la vainilla, el bicarbonato y la sal sobre la mezcla anterior y batir durante unos 5-8 minutos.

Añadir a la masa las chips de chocolate y amasar para que queden bien repartidas. Hacer bolitas con la masa y aplastar ligeramente para dar un poco de forma de galleta.

Situar las bolitas en la bandeja de horno, sobre papel vegetal para evitar que se peguen y separadas unas de otras, ya que crecen bastante. Hornear durante unos 8-10 minutos a 180º (horno precalentado), con el ventilador si se trata de horno de convección o con las placas del horno de arriba y abajo encendidas.


Panellets

Aunque la tradición anglosajona de Halloween gana adeptos día a día, la fiesta católica del Día de Difuntos o Día de Todos los Santos todavía tiene sus fieles seguidores en España e Hispanoamérica. Cada primero de noviembre, muchas familias rinden culto a sus antepasados acudiendo al cementerio. Pero esta fiesta es algo más que un tributo a los fallecidos: es un día perfecto para reunirse con la familia y degustar los postres típicos de tan señalada fecha.  Cada región tiene sus propias preferencias para la repostería de esta jornada, pero, sin duda, los buñuelos de viento, los huesos de santo y los panelletes son los postres más populares en España.

Huesos de santo:  no tienen una forma definida ‘de hueso’. No son más que canutillos de mazapán que se recubren de almíbar, que es lo que le da ese toque de color tan blanco.

Buñuelos de viento: mucho más ligeros y económicos que los anteriores , se llaman  ‘de viento’ por no estar rellenos de ninguna crema, aunque hoy también se venden el Día de Todos los Santos los rellenos de distintos sabores. La pasta del buñuelo, hecha de harina y azúcar, que se fríe en aceite bien caliente, tiene una gran tradición gastronómica en España.

Panellets: más habituales en Cataluña, pero ya muy extendidos por toda España, destacan también entre los postres del Día de Difuntos.  Al igual que los huesos o los buñuelos, los panellets son unos pasteles pequeños, de gusto exquisito, que se pueden comprar o elaborar de diversos sabores, aunque los de piñones son los más tradicionales.

PANELLETS  DE PIÑONES

500 gr de harina de almendra
500 gr de azúcar glas
100 ml de agua

(Salen unos 50 panellets)

Triturar el azúcar hasta que quede bien fino.

Mezclar todos los ingredientes hasta conseguir un mazapán fino.

Dejar reposar como mínimo 24 horas.

Una vez reposada la “madre” hacer un rollito del cual se separan tantas partes como panellets se quiera hacer. Hacer bolitas. Batir un huevo y mojar las manos con él; coger piñones en cantidad y forrar con ellos la bolita.

Cocer  al horno a 250 ºC durante 3 o 4 minutos. (horno arriba +turbo o gratinador )


Éxito asegurado

Hace unos meses descubrí  el blog de Victoria, que es especialista en hacer  galletas y pasteles de ensueño de aquellos que sólo crees que pueden existir en los cuentos pero que ella hace reales y,  embelesada  entre tanta galleta y tanto pastel para mí imposible de realizar, apareció este sencillo flan. Me puse manos a la obra (trabajó la batidora ) y tras el horneo y el reposo de 24 horas llegó la prueba final y decisiva : la degustación, que fue un rotundo éxito. Como está tan rico y es tan fácil de realizar creo que debo compartirlo con todas vosotras.

FLAN DE MATÓ

200g de azúcar
300g de leche
250g de nata líquida
250g de mató (o requesón)
2 sobres de cuajada

Preparamos el caramelo poniendo un poco de azúcar en un cazo al fuego y, sin remover, dejar que coja el color y consistencia adecuados. (Se puede usar caramelo ya preparado). Repartirlo por el fondo del molde tipo plumcake o bien en moldes individuales.

Mientras se enfría el caramelo, en un único bol poner la crema de leche, el azúcar, los sobres de cuajada y el mató. Triturarlo todo hasta que el mató se haya deshecho. Añadir la leche y volver a triturar.

Llenar el molde con la mezcla y ponerlo en el horno, dentro de una bandeja con agua, para poderlo cocinar al baño maría. La cocción debe ser a 180 grados, durante una media hora.

Dejar reposar hasta que esté tibio e introducir en la nevera durante unas 24h. para que coja consistencia.

El mató, también llamado julianbrull, es un tipo de queso  fresco, típico de la gastronomía de Cataluña. Tiene menos grasa que la mayoría de los otros quesos. Su origen es medieval y tradicionalmente se elaboraba con leche de cabra u oveja. Actualmente la más utilizada es la leche de vaca.

El requesón, llamado en algunos países de Sudamérica ricota (del italiano ricotta, y éste del latín recocta, ‘recocida’), es un producto lácteo similar al queso, obtenido de un segundo procesamiento del suero lácteo producido como derivado en la elaboración de quesos de pasta blanda. De color blanco, sabor suave y textura blanda y granulosa, es un elemento crucial en la cocina italiana, empleándose para postres y platos salados por igual; es uno de los rellenos tradicionales para la pasta.

P.D. Con este flan fui seleccionada por La Cocinera para pasar un día entre los fogones de Sergi Arola (vídeo)

Torrijas

La torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan de la Encina: «miel y muchos huevos para hazer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611).

Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento de pan, que, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido, aunque las familias elaboraban la misma cantidad.

La torrija consiste en una rebanada de pan (habitualmente de varios días) que es empapada en leche o vino y, tras ser rebozada en huevo, es frita en una sartén con aceite; finalmente, se aromatiza, a gusto, con diversos ingredientes: canela o algún licor, y se endulza con miel, almíbar o azúcar.

En Francia se prepara, con similares características, el pain perdu (pan perdido), si bien éste no se fríe en aceite abundante sino a la plancha, conociéndose en Reino Unido y países de habla inglesa como french toast.

En Colombia y Chile se llaman «tostadas francesas» y en México «pan francés», endulzados con jarabe de arce o con azúcar, aunque en el norte de México, es conocida como «torreja». En Argentina y Uruguay existe un modo sencillo de elaborar torrijas (que suelen ser llamadas en estos países «torrejas», se humedece con leche miga de pan común, se le da forma de bollo, se pasa el bollo por yema de huevo batida y se fríe, luego cada bollo puede ser espolvoreado con azúcar.

MI RECETA

Una barra de pan del día anterior
1/2 litro de leche
Azúcar
1 huevo
Canela en polvo
Aceite de oliva

Disolvemos el azúcar en la leche. Cortamos el pan en rebanadas un poco gruesas y las sumergimos en la leche azucarada.
Batimos el huevo y le añadimos una cucharada de azúcar.
En un cazo ponemos aceite suficiente y cuando esté caliente, pasamos el pan por el huevo y las freímos. Cuando cojan color dorado, las ponemos sobre papel absorbente.
Las servimos aún calientes, espolvoreadas con azúcar y canela.



Tentempié veneciano

TIRAMISÚ

250 gr, de queso mascarpone
2 huevos
3 cuh. de azúcar
café fuerte
licor Amaretto o ron
400 gr de bizcochos de soletilla
cacao amargo


Mezclar las yemas con el azúcar. Montar hasta que blanquee. Añadir el mascarpone y mezclar hasta obtener una crema homogénea.


Montar  las claras a punto de nieve. Mezclar con la crema anterior  suavemente .


Hacer un café fuerte y ponerlo en una fuente; añadir 3 cucharadas de Amaretto o  bien ron .

Mojar los bizcochos en el café y ponerlos en otra fuente, mejor si es cuadrada, cubriendo todo su fondo.

Cubrir con una capa de mascarpone y seguir así hasta que se acabe. (Suelen ser 3 capas).


Guardarlo 2 horas en la nevera y espolvorear cacao amargo antes de servir. Yo os aconsejo hacerlo el día antes de consumirlo porque está mejor.

Como anécdota os cuento que este postre tiene su origen en la región italiana del Veneto y se empezó a servir en los burdeles. La maîtresse, a los clientes aficionados (pero también a las mujeres) les ofrecía el dulce diciendo con cortesía estas palabras emblemáticas: Anda, toma cariño, que te doy una cosa que «te tira su»…”

La expresión «te tira su», en lengua veneta (y en la lengua italiana «ti tira su»), podría ser el equivalente en español del «tentempié», pero no tanto a la manera de un aperitivo, pues el tiramisú como dulce es mucho más fortalecedor y de un efecto inmediato debido a la cantidad de glúcidos que incorpora.

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